martes, 27 de diciembre de 2011

LA FUNDACIÓN PELUFFO-GIGUENS Y SUS MÉDICOS . APOYO DE TODO EL CUERPO MÉDICO NACIONAL

LA FUNDACIÓN PELUFFO-GIGUENS Y SUS MÉDICOS

APOYO DE TODO EL CUERPO MÉDICO NACIONAL


En las últimas semanas ha salido a luz una vieja controversia, que estaba latente en la Fundación Peluffo-Giguens (FPG) al menos en los cuatro años anteriores. La FPG, es una entidad sin fines de lucro fundada por médicos, que se dedica al tratamiento de niños con patología hemato-oncológica. Toma su denominación en homenaje a dos grandes pediatras, el Prof. Dr. Euclides Peluffo y el Dr. Roberto A. Giguens. Su Director Técnico, el Dr. Luis Alberto Castillo Villalba (conocido popularmente como “Ney”) es un colega con amplia y reconocida trayectoria profesional, científica y humana. Que se ha distinguido por sus aportes en el plano nacional e internacional a la hemato-oncología pediátrica y ha consagrado su vida a esa loable tarea, en el ámbito público y en el privado. El equipo técnico que funcionaba armoniosamente en el Centro Hospitalario “Pereira Rossell” desde hace casi dos décadas, está conformado por médicos, licenciados en Enfermería, auxiliares y administrativos, que actúan coordinadamente para tratar a los niños y contener a sus familias. Con notables éxitos terapéuticos, que han ubicado a nuestro país entre los de vanguardia en estos tratamientos. Y con un apoyo popular manifestado a través de las campañas anuales que le permiten recaudar fondos para sus inversiones en medios de diagnóstico y tratamiento de los niños, así como para el apoyo social a sus padres, que vienen del Interior, con un hogar cercano que les evita gastos que muchas veces no estarían en condiciones de soportar. Resultando una concreción del espíritu del Maestro Luis Morquio, que estimulaba la cercanía de la madre con el niño, como factor esencial que contribuye en buena medida a su curación.

“Ney” Castillo se recibió de médico pediatra y luego de oncólogo en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República obteniendo doctorados en Estados Unidos e Inglaterra. Fundó y dirigió técnicamente la Fundación Peluffo Giguens para la recuperación y asistencia de niños con cáncer, fundamentalmente leucemias y linfomas. A su vez, fue director del Hospital Pereira Rosell entre los años 2002 y 2005. Actualmente es Presidente de los programas de investigación en Cáncer Pediátrico del Grupo Latino Americano de Oncología Pediátrica y Sub Director de los Programas de Investigación en Leucemias Agudas del Grupo Intercontinental BFM. Es subdirector de los programas de investigación de leucemias linfoblásticas y Presidente del Grupo de Investigaciones Oncológicas en Niños de América Latina, filial del Grupo Cooperativo Americano de Investigaciones de Cáncer en Niños.

La Fundación PG estuvo en sus inicios dirigida por destacadas personalidades médicas, como los Dres. Alberto Pérez Scremini y Julio Lorenzo y de Ibarreta, de indiscutida solvencia moral, profesional e intelectual, que hicieron grandes esfuerzos para ponerla en marcha. Cuando ellos fallecieron, los médicos prefirieron dedicarse al cuidado de los niños, dejando en manos de un grupo de personas no médicas, la conducción de la Fundación.

Por las desgracias que a veces la vida esconde, alguna de esas personas, profundamente alterada en su psiquismo, con manifiestos rasgos de megalomanía, ha llevado por senderos descarriados a la Fundación. Destratando cotidianamente a los médicos, a quienes con frecuencia trata de “monos”, y arrogándose conocimientos que obviamente no dispone. Pero fundamentalmente desprestigiando con sus gestos, acciones y palabras, una obra que ha sido orgullo nacional. Ahora pretende ocultar sus actos patológicos, despidiendo al Director Técnico – que salió públicamente a exponer esta dura realidad - y enfrentando al grupo técnico que continúa asistiendo a los niños, que son el fin primero y último de la actividad de esa entidad.

Nuestro apoyo solidario al estimado colega, a quien conocemos desde sus tiempos de estudiante, preparando la Clínica Médica, y de sus múltiples actividades sociales culturales y deportivas, además de sus ocasionales incursiones políticas. Aquí no se trata de reivindicar salarios, sino cómo se aplican y priorizan los recursos. Se trata de la dignidad profesional, sometida al escarnio público. Queriendo llevarse por delante el objetivo central que es el cuidado de los niños que corren riesgo de vida, con graves afecciones quienes – antes de la fundación de esta entidad – generalmente vivían pocos meses y actualmente obtienen curaciones espectaculares, similares a los centros internacionales de primer nivel.

Las autoridades competentes deberían reflexionar sobre el prestigio ganado para el país por el grupo técnico que ha llevado adelante lo esencial de la obra, a la hora de definir conductas ante atropellos que sólo pueden responder a profundas alteraciones de la salud mental de alguna persona, en este caso, ajena a la profesión. Que pone en riesgo una obra ejemplar, la salud de esos niños, y el buen nombre y honor de los profesionales involucrados. Hacer la vista gorda o mirar para otro lado, llevará a la destrucción de una obra que hace honor a lo mejor de la Medicina uruguaya.

Dr. Antonio L. Turnes

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