Estimado Dr. Kun,
He leído con atención su correspondencia al Semanario Búsqueda en la que hace una serie de consideraciones sobre lo difícil que es el progreso/cambio, sobre el pasado, el presente, y el futuro.
A su vez he visto con admiración su impresionante curriculum profesional que me llena de satisfacción uruguaya.
Mis problemas y mis desafíos, digámoslo en plural nuestros problemas y nuestros desafíos en este país, como los suyos en el que vive desde hace mas de 40 años, son similares.
Hablando del pasado,en la década del 80, mientras Ud.era parte del equipo de IBM que desarrolló la primera PC, mis colegas y yo veíamos con angustia y a la vez determinación como ingeniarnos para que nuestros pequeños uruguayos con cáncer pudieran curarse como lo hacían en el país que Ud vivía. Para eso nos fuimos varios del país. Lo hicimos para estudiar, aprender y delinear las estrategias médicas y sociales que nos permitieran llegar al objetivo.
También tuvimos nuestras satisfacciones personales y las posibilidades de continuar nuestro desarrollo profesional a la cabeza de la investigación.
Pero, decidimos no apartarnos del objetivo y pàra ello con el apoyo inconmensurable de colegas ya retirados de la práctica activa de la pediatría, en el año 1988 ( mientras obtenía mi doctorado en Inglaterra) fundamos lo que Ud. hoy desde EEUU conoce como la Peluffo-Giguens.
En este país generoso y sensible fuimos -mis colegas y yo- capaces de no solo trabajar activamente en la práctica médica, sino que nos hacíamos tiempo, todos los " tiempos libres " para recorrer el país, organizar funciones benéficas y recaudar el dinero que nos permitió acercarnos a nuestro objetivo.
En el año 1992, la mortalidad por cáncer en menores de 15 años duplicaba la de EEUU (xxx vs xxx).
Además los niños de las franjas sociales mas pobres tenían una sobrevida mucho menor , que aquellos que provenían de estractos sociales altos (los niños del Pereira se curaban menos que los niños de las Mutualistas)
En el presente, como Ud. dice y el Dr. Bartesaghi le refirió, la Fundación " tuvo la suerte" de captar la adhesión del pueblo uruguayo. Creame que esas " suertes" no surgen de jugar a la lotería, esas "suertes" a las que hace referencia, han sido el desvelo, el trabajo y el sueño de muchos colegas, padres de pacientes, de muchos uruguayos en el Interior y en Montevideo, que trabajaron denodadamente para que cada vez más chicos con enfermedades malignas sobrevivieran.
Hemos avanzado muchísimo, hoy nuestras tasas de curación son las mejores de América Latina y apenas por debajo de las de los países más desarrollados de Occidente(xxx vs xx). Pero , además, lo que es más importante ya no existen desniveles sociales en la mortalidad por cancer, nuestros niños más pobres tienen las mismas posibilidades de curarse.
Esto, no le voy a explicar a Ud., ya que lo describe en su correspondencia, es el fruto de " mejores recursos humanos, asistencia social, infraestructura hospitalaria y tecnología".
Pero, Ud. refiere que el " Dr. Bartesaghi le explicó que esas necesidades estaban resueltas". Ese, es el tema central. El Dr. Bartesaghi sostiene que todo está resuelto y los técnicos sostenemos lo contrario.
Se imaginará, por que evidentemente en eso Ud es un experto,que la comunicación y el acceso a la información, no es un tema menor para ninguno de los miembros del equipo técnico. Sin embargo, creáme que nos manejamos muy bien y tenemos acceso directo y en minutos a cuanta interconsulta sea necesaria, tenemos acceso a cuantas fuentes educacionales hay disponibles en el mundo sobre la especialidad, y están guardadas y almacenadas como Ud. recomienda.
Como Ud. debe recordar nuestro país es muy pequeño y las comunicaciones telefónicas con pediátras locales para seguimiento son muy sencillas y poco costosas.
No hay pérdidas de tiempo, por consultas diferidas, ni tenemos problemas con consultas con otras especialidades pediátricas, puesto que al ser nuestro Hospital, un centro de referencioa nacional terciario de pediatría.disponemos de contacto directo con los mejores especialistas del país.
Tampoco, Dr. Kun, pretendo negar a través de esta correspondencia la utilidad de la Telemedicina, sería muy pobre de mi parte. Como sabrá disponemos de varios centros, alguno de los cuales ha sido inaugurado recientemente (FEMI) y otro desde hace mas años en el Instituto de Higiene, sin contar los de Antel que Ud consigna en su correspondencia.
Siguiendo su línea, nos sumergiremos en elfuturo y las conclusiones.
Dr. Kun, si hay algo que nunca hemos hecho fue quedarnos a pensar dentro de la cajita a la que pertenecemos.
Estoy seguro, Dr Kun, que ud no dispone de toda la información necesaria para llegar a conclusiones y juicios tan contundentes.
Por ejemplo, Dr Kun, mientras Ud vive en un país con cientos de hospitales e instituciones académicas que disponen de la Telemedicina como herramienta útil, también en su país de residencia se disponen de miles de centros de radioterapia de intensidad modulada y un puñado de centros de terapia protónica, etc..
En mi país, como le referí, tenemos un puñado de centros de Telemedicina ,pero no disponemos de ni siquiera una, de las modalidades relativamente modernas de radioterapia ( p ej. de intensidad modulada), que serían muy importantes para la atención de toda la población, no solo la infantil.
No quiero ahondar, con todos las cosas que el Dr. Bartesaghi cree que son innecesarias y los técnicos pensamos que lo son, porque no son tema de esta correspondencia.
Al igual que usted, yo era uno de los locos que corria en los 70 por la preciosa rambla de Montevideo.
Hoy, muchos años después, tengo la felicidad de seguir corriendo por la misma rambla, con la misma enegía (aunque mas lento), con la misma resolución de enfrentar las dificultades y no esperar que nadie las resuelva. Y sabe que mas?. Hacerlo desde adentro.
Peleo todos los dìas para que nuestros niños con càncer tengan màs y mejores oportunidades. Creame que no es fàcil, nada fàcil.
Eso sì, tengo mucha paz
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